Old Testament
- GénGénesis
- ÉxoÉxodo
- LevLevítico
- NúmNúmeros
- DeuDeuteronomio
- JosJosué
- JueJueces
- RutRut
- 1Sa1 Samuel
- 2Sa2 Samuel
- 1Re1 Reyes
- 2Re2 Reyes
- 1Cr1 Crónicas
- 2Cr2 Crónicas
- EsdEsdras
- NehNehemías
- EstEster
- JobJob
- SalSalmos
- ProProverbios
- EclEclesiastés
- CanCantar de los Cantares
- IsaIsaías
- JerJeremías
- LamLamentaciones
- EzeEzequiel
- DanDaniel
- OseOseas
- JoeJoel
- AmóAmós
- AbdAbdías
- JonJonás
- MiqMiqueas
- NahNahúm
- HabHabacuc
- SofSofonías
- HagHageo
- ZacZacarías
- MalMalaquías
New Testament
- MatMateo
- MarMarcos
- LucLucas
- JuaJuan
- HecHechos de los Apóstoles
- RomRomanos
- 1Co1 Corintios
- 2Co2 Corintios
- GálGálatas
- EfeEfesios
- FilFilipenses
- ColColosenses
- 1Te1 Tesalonicenses
- 2Te2 Tesalonicenses
- 1Ti1 Timoteo
- 2Ti2 Timoteo
- TitTito
- FilFilemón
- HebHebreos
- SanSantiago
- 1Pe1 Pedro
- 2Pe2 Pedro
- 1Ju1 Juan
- 2Ju2 Juan
- 3Ju3 Juan
- JudJudas
- ApoApocalipsis
Bible Versions
Simplified Chinese
English
Traditional Chinese
Spanish
Korean
Russian
Indonesian
French
Japanese
Arabic
Settings
Show Verse Number
Show Title
Show Footnotes
Verse List View
Jesús sana a un hombre con lepra
1Al bajar Jesús por la ladera del monte, grandes multitudes lo seguían.
2De repente, un hombre con lepra se le acercó y se arrodilló delante de él.
—Señor —dijo el hombre—, si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio.
3Jesús extendió la mano y lo tocó.
—Sí quiero —dijo—. ¡Queda sano!
Al instante, la lepra desapareció.
4
—No se lo cuentes a nadie —le dijo Jesús—. En cambio, preséntate ante el sacerdote y deja que te examine. Lleva contigo la ofrenda que exige la ley de Moisés a los que son sanados de lepra.8:4 Ver Lv 14:2-32. Esto será un testimonio público de que has quedado limpio.
La fe de un oficial romano
5Cuando Jesús regresó a Capernaúm, un oficial romano8:5 En griego un centurión; similar en 8:8, 13. se le acercó y le rogó:
6—Señor, mi joven siervo8:6 O hijo; también en 8:13. está en cama, paralizado y con terribles dolores.
7
—Iré a sanarlo —dijo Jesús.
8—Señor —dijo el oficial—, no soy digno de que entres en mi casa. Tan solo pronuncia la palabra desde donde estás y mi siervo se sanará.
9Lo sé porque estoy bajo la autoridad de mis oficiales superiores y tengo autoridad sobre mis soldados. Solo tengo que decir: “Vayan”, y ellos van, o: “Vengan”, y ellos vienen. Y si les digo a mis esclavos: “Hagan esto”, lo hacen.
10Al oírlo, Jesús quedó asombrado. Se dirigió a los que lo seguían y dijo: «Les digo la verdad, ¡no he visto una fe como esta en todo Israel!
11Y les digo que muchos gentiles8:11 Gentil[es], que no es judío. vendrán de todas partes del mundo —del oriente y del occidente— y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en la fiesta del reino del cielo.
12Pero muchos israelitas —para quienes se preparó el reino— serán arrojados a la oscuridad de afuera, donde habrá llanto y rechinar de dientes».
13Entonces Jesús le dijo al oficial romano: «Vuelve a tu casa. Debido a que creíste, ha sucedido». Y el joven siervo quedó sano en esa misma hora.
Jesús sana a mucha gente
14Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, la suegra de Pedro estaba enferma en cama con mucha fiebre.
15Jesús le tocó la mano, y la fiebre se fue. Entonces ella se levantó y le preparó una comida.
16Aquella noche, le llevaron a Jesús muchos endemoniados. Él expulsó a los espíritus malignos con una simple orden y sanó a todos los enfermos.
17Así se cumplió la palabra del Señor por medio del profeta Isaías, quien dijo:
«Se llevó nuestras enfermedades
y quitó nuestras dolencias»8:17 Is 53:4..
Lo que cuesta seguir a Jesús
18Cuando Jesús vio a la multitud que lo rodeaba, dio instrucciones a sus discípulos de que cruzaran al otro lado del lago.
19Entonces uno de los maestros de la ley religiosa le dijo:
—Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.
20Jesús le respondió:
—Los zorros tienen cuevas donde vivir y los pájaros tienen nidos, pero el Hijo del Hombre
8:20
«Hijo del Hombre» es un título que Jesús empleaba para referirse a sí mismo.
no tiene ni siquiera un lugar donde recostar la cabeza.
21Otro de sus discípulos dijo:
—Señor, deja que primero regrese a casa y entierre a mi padre.
22Jesús le dijo:
—Sígueme ahora. Deja que los muertos espirituales entierren a sus propios muertos.
8:22
En griego
Deja que los muertos entierren a sus propios muertos.
Jesús calma la tormenta
23Luego Jesús entró en la barca y comenzó a cruzar el lago con sus discípulos.
24De repente, se desató sobre el lago una fuerte tormenta, con olas que entraban en la barca; pero Jesús dormía.
25Los discípulos fueron a despertarlo:
—Señor, ¡sálvanos! ¡Nos vamos a ahogar! —gritaron.
26
—¿Por qué tienen miedo? —preguntó Jesús—. ¡Tienen tan poca fe!
Entonces se levantó y reprendió al viento y a las olas y, de repente, hubo una gran calma.
27Los discípulos quedaron asombrados y preguntaron: «¿Quién es este hombre? ¡Hasta el viento y las olas lo obedecen!».
Jesús sana a dos endemoniados
28Cuando Jesús llegó al otro lado del lago, a la región de los gadarenos,8:28 Otros manuscritos dicen gerasenos; incluso otros dicen gergesenos. Comparar Mc 5:1; Lc 8:26. dos hombres que estaban poseídos por demonios salieron a su encuentro. Salían de entre las tumbas y eran tan violentos que nadie podía pasar por esa zona.
29Comenzaron a gritarle: «¿Por qué te entrometes con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para torturarnos antes del tiempo establecido por Dios?».
30Sucedió que a cierta distancia había una gran manada de cerdos alimentándose.
31Entonces los demonios suplicaron:
—Si nos echas afuera, envíanos a esa manada de cerdos.
32
—Muy bien, ¡vayan! —les ordenó Jesús.
Entonces los demonios salieron de los hombres y entraron en los cerdos, y toda la manada se lanzó al lago por el precipicio y se ahogó en el agua.
33Los hombres que cuidaban los cerdos huyeron a la ciudad cercana y contaron a todos lo que había sucedido con los endemoniados.
34Entonces toda la ciudad salió al encuentro de Jesús, pero le rogaron que se fuera y los dejara en paz.
Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, copyright © 2010 by Tyndale House Foundation. Used by permission of Tyndale House Publishers, a Division of Tyndale House Ministries, Carol Stream, Illinois 60188. All rights reserved.